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martes, 28 de mayo de 2013

De la final de Wembley... a la final de Wembley

Final Wembley Crystal Palace-Watford

Sin apagarse aún los ecos de la final de Champions League en la que triunfó el Bayern, Wembley tuvo tiempo de acoger otra final especial para muchos ingleses. Un contraste precioso y otro partido decisivo que dio una gran alegría a los aficionados del Crystal Palace.

La importancia de las finales es relativa y siempre depende de los ojos de quien las vea y las sienta. Alguno pensará que no es lo mismo la final del Mundial de Fútbol que la final por el ascenso a la Liga Asobal de balonmano, pero pregúntenle al aficionado del recién ascendido Puente Genil. Y es que sólo en el aspecto económico y de marketing podría ser una final más importante que otra.

Hasta aquí traemos la historia de la final del play-off de ascenso a la Premier League, disputada este lunes en Londres entre Crystal Palace y Watford. Más de 80.000 almas se dieron cita en Wembley, dos días después de la gran final europea, en donde la diferencia era el color de los aficionados y la evidente inferioridad en cuanto a calidad de los equipos enfrentados frente a la de los dos gigantes alemanes. Un estadio abarrotado por dos aficiones de equipos de segunda división para conseguir su particular “Champions”: La Premier League.

La final terminó 1-0 y dio el ascenso a los londinenses del Crystal Palace; los “Eagles” lo consiguieron gracias a un gol de penalti cuando se rozaba el final de la primera parte de la prórroga, del eterno Kevin Philips y desató la alegría de la mitad del estadio. El Palace se unió así a  Cardiff y Hull City en su aventura en la máxima categoría del fútbol inglés.

¿Se podría ver en España o Italia el Santiago Bernabéu o el Olímpico de Roma abarrotado para ver a dos equipos luchando por ascender a la Primera división? Rotundamente no. El emergente fútbol alemán o el siempre apasionante fútbol inglés llevan años luz de distancia con respecto a La Liga y la Serie A; los primeros representan el fútbol en estado puro, estadios llenos gracias a que sus dirigentes piensan antes en el aficionado que en el negocio sin que este último no sea factible, y los segundos priorizan el negocio a sus aficionados, sin darse cuenta de que el “business” está en la gente y no en la televisión o en poner las entradas a precios de oro. Así no es difícil ver estadios semivacíos o directamente casi vacios para ver encuentros donde se disputan objetivos importantes como poder entrar en Europa League (Getafe) o evitar el descenso de categoría (Mallorca).

Tanto en el fútbol español como en el italiano la situación debe de dar un giro más pronto que tarde, evitando así descensos administrativos, equipos que empiezan los campeonatos con puntos de menos o leyes concursales que permiten deber millones de euros y poder jugar la UEFA Champions League. Cuando los dirigentes dejen de robar al hincha para sacar sus culos del fango y se den cuenta de que son los que sostienen este “deporte”, se podrá decir que por fin tenemos un fútbol limpio y se podrá mirar cara a cara a la Premier o la Bundesliga, que ahora mismo pasan como coches de formula uno por nuestra izquierda.