La edad de oro del fútbol español tiene una fecha de inicio: abril de 1999. Un grupo de jóvenes veinteañeros se hace con la primera Copa del Mundo en la historia del fútbol en España en cualquier categoría. Un bloque comandado por Xavi Hernández vaticinaba una época dorada, después vendrían un Mundial y dos Eurocopas, pero esto fue primero…
Corría el mes de abril del año 1999. Un grupo de jóvenes futbolistas entrenados por Iñaki Sáez empezaba a llamar la atención del gran público. Éste, cansado de tantas decepciones con la selección absoluta, fue enganchándose al torneo según ‘la sub-20’ iba pasando rondas. El triunfo ante Brasil en el debut hacía presagiar grandes cosas, un tal Ronaldo chocó una y otra vez ante la mejor pareja de centrales del torneo Jusué y Marchena. El resto de la primera fase fue coser y cantar, aunque esto es un decir, ya que los partidos se disputaron con unas temperaturas en torno a los 40 grados. En octavos España derrota a Estados Unidos con dos goles de Pablo Couñago y uno de Xavi y en cuartos se sufre para eliminar en la tanda de penaltis a Ghana, selección siempre peligrosa en estos torneos. En semifinales España acaba con Mali, la revelación del torneo con dos goles del bético Varela y en la final toda España es testigo de una auténtica exhibición de fútbol: los héroes de Nigeria derrotan 4-0 a Japón y graban su nombre con oro en una página histórica del libro del fútbol español.
Repasemos el equipo. Inañi Sáez utililizaba un sistema 4-2-3-1, emergente en aquella época, dando mucho protagonismo al juego por banda. En la portería el titular era el portero del filial del Athletic, Aranzubía, aunque un chaval del Real Madrid C, Iker Casillas, dispuso de un par de encuentros para demostrar que también tenía futuro en esto. Los laterales eran, por la derecha Coira, que ya jugaba en el primer equipo del Compostela y por la izquierda Bermudo, del filial del Barcelona. Ambos incansables. La excelente pareja de centrales estaba formada por el sevillista Marchena y Jusué, del filial de Osasuna. En el centro del campo, el capitán Orbaiz, que ya jugaba en primera división con Osasuna aportaba oxígeno y Xavi, la auténtica estrella de esta selección dejaba los primeros destellos de lo que iba a ser un jugador que marcara una época. Habiendo debutado ya con el primer equipo del Barcelona, fue con diferencia el mejor jugador del torneo, aunque incomprensiblemente la FIFA otorgó el premio al jugador mali Keita, que posteriormente sería compañero de Xavi en el Barça.
Las bandas fueron factor clave. Por la derecha Varela, del Betis, fue clave aportando verticalidad y haciendo 3 goles muy importantes, fue sin duda la revelación del torneo. Por la izquierda Barkero, de la Real Sociedad, impuso su clase y toque de calidad con la zurda. En la mediapunta se situaba Gabri, del Barcelona B, que aportó fuerza y sobre todo llegada. Como delantero centro destacó Pablo Couñago, del Numancia, autor de 5 goles y Bota de Oro del campeonato. Otros jugadores como Rubén del Sporting, Yeste del Athletic o Gonzalo Colsa del Logroñés también aportaron bastante aunque no fueran titulares.
Analizando con posterioridad, aunque la mayoría de los jugadores ha jugado en Primera División, tan sólo Xavi, Casillas y Marchena en menor medida, han triunfado en la selección absoluta. Jugadores como Yeste, Aranzubía, Varela, Orbaiz, Colsa, Gabri o Barkero han disfrutado de una buena carrera futbolística por Primera División o incluso en el extranjero. Otros de los que se esperaba mucho han pasado sin pena ni gloria como Coira, Jusué, Bermudo o Pablo Couñago, que han hecho su carrera en equipos de menor categoría.
En definitiva, una selección que quedará para la historia. Una selección que hizo ver al público español que sí se podía, que cambió la dinámica negativa del fútbol de selección en España. Los héroes de Nigeria.
